Desde la creación del mundo hasta hoy han ocurrido cambios e importantes transformaciones en todos los aspectos de la vida; uno que se ha mantenido invariable es el tiempo. El reloj aunque no se detiene sigue marcando las mismas horas al día.
El creador del tiempo dice en su Palabra que “todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo”. ¿O está equivocada la Biblia cuando dice en Eclesiastés 3 que hay un tiempo para todo? No, no lo está.
Siendo así me temo que estamos mal administrando el tiempo que Dios nos regala cada día. En una conversación nunca falta mencionar “el tiempo no me alcanza”, “el tiempo se va volando”. Pero, será que es cumplimiento de la Palabra cuando dice que los días serán acortados?
Si te hiciste esta pregunta también vamos analizar lo siguiente: será que Dios que conoce todos los tiempos sabía que para el fin del mundo los días serían complicados; donde se invierten muchas horas en lograr salarios que puedan cubrir nuestras crecientes “necesidades” y la demanda de tener un mejor estilo de vida que nos venden a través de los distintos medios de comunicación.
Seamos honestos, el tiempo pasa rápido porque siempre estamos muy ocupados. Incluso el tiempo que estamos descansando, nuestra mente sigue trabajando, planificando el día de mañana.
Pero ojo, que estemos ocupados no significa que estamos siendo productivos. Hay “ocupaciones” que sólo nos ocupan el tiempo, como las redes sociales, los chats, la televisión, los videojuegos… sería bueno calcular cuántas horas dedicamos en el día a la tecnología. (Si es una herramienta de trabajo no aplica para ti).
Cuando no administramos nuestro tiempo con conciencia nos perdemos de muchas bendiciones, como crear memorias a nuestros hijos, mejorar la comunión con Dios, dormir las horas que nuestro cuerpo necesita, disfrutar la comida, leer la Biblia, ejercitarnos por lo menos 30 minutos, entre otras maravillas tan beneficiosas a nuestra salud integral, y que no necesitan dinero ni wifi para disfrutarlas.
El estilo de vida que hasta cierto punto la sociedad nos impone es el principal enemigo de nuestro tiempo. Nos empuja a estar siempre ocupados incluso en cosas que no nos aporta absolutamente nada en ninguna de las áreas de nuestras vidas. Muy por el contrario, ese estilo de vida y el consumismo excesivo producen infelicidad en las personas.
El hecho de que aumenten las publicaciones de libros de autoayuda, que se llenen las agendas de citas en consultorios de profesionales de la salud mental, que se dispare la venta de fármacos para conciliar el sueño o relajar el cuerpo, me dice que no existe una conformidad en las personas. Y todo esto está asociado al mal uso que le damos a nuestro tiempo.
Personalmente entiendo que es un asunto de conciencia y decisión. Priorizar cosas, respetar espacios, y descansar en nuestro Padre celestial. Recordar que este tiempo es pasajero y que Dios quiere que sus hijos vivamos una vida de calidad, no de acumular cosas que muchas veces ni usamos. Dios no nos quiere dependiente de una pantalla. Podemos tener la pantalla pero señoreando nosotros en ella y no viceversa.
Si el tiempo no nos alcanza vamos a reducir cosas, y a priorizar las que verdaderamente importan y nos aportan. Estamos hechos a imagen y semejanza de Dios con autoridad para ejercer dominio sobre la creación, y no para dejarnos dominar por ella. Génesis 1:26